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jueves, 25 de abril de 2024

Sin Salida (2006)

 

       Hoy me he metido en la plataforma de Netflix España, y me ha salido de manera aleatoria, la película estadounidense “Sin Salida”, película que va camino de cumplir los veinte años, ya que es del 2006, y de la cual ni había oído hablar, sinceramente.

        Me he atrevido con ella porque me ha parecido una de esas películas ideales para desconectar, y sabía ya desde el minuto uno que no es el tipo de cine que a mi me gusta, pero si que para pasar un rato y dejar el cerebro en blanco, viene muy bien… Un blockbuster de toda la vida, que decíamos hace treinta años.


       “Sin Salida” es deudora, y es otra de las cosas en las que he reparado rápidamente, de los videoclips de raperos de principios de siglo, de aquella MTV que todavía tenía algo que decir y de los primeros videojuegos, de tipo callejero, como San Andreas y todos los de aquel tipo que a mi se me daban tan mal… Yo era más del Mortal Kombat, Street Fighter y juegos por el estilo, sin olvidar los de plataformas.

          En la narrativa estamos en Los Ángeles, California, y hace calor. O2, Oxígeno, un antiguo preso que ha salido de la cárcel y que ahora quiere reformar su vida, e ir por el camino del bien y la rectitud. Conduce con una mano un descapotable y tiene un nene, Junior, que se pega en la escuela con otros chicos. Quiere ser bueno, pero espera que su hijo le haya dado bien al otro chico con el que se ha pegado, ya que una cosa es ser bueno, y otra es ser tonto.


       Un día, tras recoger a Junior, y flirtear con una chica llamada Coco en la calle, le roban el descapotable con el chaval durmiendo la siesta en el asiento trasero, que por cierto, se despierta tras 29 disparos, 9 accidentes de tráfico y 30 derrapes. Eso si que es tener un sueño profundo, envidia me da.

         Al más puro estilo “Street of Rage”, O2 se alía con Coco y Lucky, que es el familiar tonto y traidor del clan, para buscar a Junior que ha caído en manos de Big Meat, un malvadísimo traficante de estupefacientes, experto en cirugías sin anestesia. Así que, van pasando de fase en fase, quiero decir, de barrio en barrio, enfrentando de paso a importantes bandas de traficantes y dando golpes para conseguir el dinero del rescate del chaval, que se eleva a cien mil dólares…


          En definitiva: Película bastante mala, que parece realizada por unos colegas que estaban aburridos durante unas vacaciones. El 99% del elenco es afroamericano, no tengo nada en contra, solo es un dato. Narrativa poco creíble, previsible, como previsible es también su final. Estilo, como os decía, muy videojuego con algo de acción pero sin tirar cohetes, muy videoclip con planos desenfocados, mezclado con unas pizcas de “A todo gas”, o “Rápido y Furioso” como le llaman por Hispanoamérica. La BSO está compuesta por 117 temas de rap, Hip-Hop de la vieja escuela, es decir, de hace 20 años y un poco más… Le sobran 30 minutos de su metraje de hora y media, ya que tiene también sus partes de bostezo, y te cuenta lo mismo.

         Voy a ser bueno, porque me ha ayudado a desconectar, que era lo que quería, y le voy a dar un 4,5 de nota. Esta es la típica película que gustará a fans de la MTV que tengan 50 años, antiguos raperos de la misma edad y que defraudará a gente que no es capaz de ver en la oscuridad y a cirujanos plásticos que operan con anestesia.

lunes, 22 de abril de 2024

Creepy 5 (Planeta, 2010)

 

        Muchas veces he hablado en el blog de cómics de terror, y en menos ocasiones por el Canal de Youtube, pero la verdad es que he sentido, y he creido, que tenía una deuda con los míticos cómics de “Creepy”, y aprovechando que me he leído el quinto integral que salió en 2010… Creo que Planeta sacó catorce tomos en España y yo solo tengo los ocho primeros, y para quitarme esa espinita que tengo clavada, he decidido hablaros un poco, someramente, de este cómic y un poco de los cómics de Creepy en general.

         Los cómics de terror tuvieron su primera época dorada y negra a la vez en Estados Unidos, en la década de los cincuenta, pero pronto la censura característica de la época, estábamos en La Guerra Fría y había mucho fanático de todo tipo, acabaron con este tipo de publicaciones, y se me viene a la cabeza “Cuentos de la Crypta”, que comenzaron a resucitar durante la década de los sesenta en gran parte con los artistas que ya habían participado en el género desde el principio.


        “Creepy” fue una de esas revistas que nace en 1964, de la mano de la editorial Warren Publishing, bajo la batuta del guionista y editor Archie Goodwin que logró rodearse de todo un elenco de grandes dibujantes e ilustradores, que hoy en día son considerados Grandes Maestros y admirados como tales, yo el primero en hacerlo, y abrió una puerta para lo que vendría después, con publicaciones por el estilo que serían bastante famosas en estados Unidos hasta finales de los setenta, y que comenzaron a serlo con mucha fuerza en la España de los ochenta, que es cuando yo conocí este tipo de cómics.

        Este “Creepy” concreto que os presento, el quinto integral de la colección, no es precisamente uno de los mejores, pero para mi es una excusa para que leáis los cómics, que podéis encontrar en tiendas especializadas y en internet, a un precio bastante razonable en mi opinión, y con una calidad bastante buena, teniendo en cuenta como andarán los originales que tienen ya sus sesenta años.


        Este tomo concretamente pertenece a los números del 21 al 25 del verano del 68, y a Archie Goodwin, en los guiones, se unen entre otros Bill Parente, Ron Parker o Roy Krenkel entre otros. Es muy curioso, porque el tomo comienza con una entrevista a un dibujante ya mítico, Angelo Torres, y en este tomo podemos encontrar historia de Steve Ditko, Reed Crandall, Alex Toth, Tom Sutton al que debemos algunas portadas y Eugene Colan, por citar a algunos, y si lees los correos de los lectores de aquellos jóvenes, allá por el 68, se quejaban de que la calidad en el dibujo había caído muchísimo respecto a los primeros cómics publicados desde el 64, sin saber por aquel entonces, que está gente también estaba marcando una época.

         El tío Creepy, que daba pie y final a cada una de estos relatos de terror autoconclusivos, te presentaba Brujas, Monstruos, fantasmas y toda clase de seres horripilantes que eran los protagonistas de unos cómics donde el propio ser humano también solía dar bastante miedo en ocasiones, con historias en riguroso blanco y negro y con unos anuncios de la época, que a mi me encantan, donde lo mismo te vendían películas de terror, que muñecos, anillos y calcomanías, máscaras y guillotinas, hasta hormigas y monos vivos… Si, hasta se anunciaba la venta de monos… Para finalizar, en las páginas finales de este tomo de tapa dura y 225 páginas, tenéis las portadas originales a color. ¿Qué más podemos pedir?


        Independientemente de que número sea, creo que leer “Creepy”, “Eerie” que era otra publicación paralela a esta o cualquier otra, te lleva a experimentar lo que hace sesenta, setenta años, llamaban terror… Y esa sensación, os puedo asegurar, es muy placentera cuando lees uno de estos cómics.

        Me ha parecido leer, que durante el verano de este 2024, Planeta va a volver a publicar “Creepy” y “Eerie”, y quizás, sea el momento de que te enganches al terror clásico, de la mano del tío más horripilante que jamás conocerás...

domingo, 21 de abril de 2024

Robo (Netflix, 2024)

 

      Movido por el tema de que no suelo ver muchas películas suecas, y creía que tenía el deber de ver una, y aprovechando que “Robo” (Netflix, 2024) se estrenó hace dos semanas y está en la mitad de la tabla, casi saliéndose fuera de las películas más vistas en España y posiblemente salga fuera del ranking en los próximos días… Me he decidido por esta cinta tan visual, con tan buena fotografía, tan largo metraje para lo que nos cuenta y que tan lejos me queda en casi todas las cuestiones…

          Basada en hechos reales, narrados en un libro al parecer de idéntico título, que no pienso leerme, no os voy a mentir, “Robo” nos lleva a Suecia para tratar varias cuestiones interesantes, desconocidas para la inmensa mayoría de los mortales del planeta.


        Lo primero que habría que decir que no es una película apto para sensibles. El maltrato animal está muy presente a lo largo de todo el metraje y es posible que haya espectadores que no lo lleven bien. Creo que eso es lo primero que tengo que advertir.

         En la narrativa tenemos a Elsa, una joven Sami o lapona. Los Sami son un grupo étnico minoritario que vive en Suecia, Noruega, Finlandia, parte de Rusia, y que basan su vida en la cría de renos, de una manera parecida a la trashumancia en Extremadura, pero cambiando borregos por reno, y dehesas por paisajes nevados. Su modo de vida se ve en peligro porque unos tipos matan y mutilan a sus renos continuamente, sin llegar a pillarlos nunca. Elsa es apenas una niña cuando ve como matan a su joven reno, despiadadamente y sin motivo aparente por parte de un tipo que no es de su etnia, un tipo local al que reconoce cuando van a denunciar los hechos en una escena que rezuma cierta xenofobia por parte del sueco medio hacia este grupo étnico, y que posteriormente, se va a repetir a lo largo de la película con otros ejemplos de rechazo.


       Diez años después, nos encontramos a Elsa, que no destacaba como buena estudiante, como maestra pro-derechos de los Sami, y con el problema de las matanzas gratuitas agravándose, ya que las autoridades locales no les ayudan y la gente quiere acabar con ellos y con sus tradiciones, a la par que aguanta una sociedad patriarcal donde las mujeres tienen poco peso social, “chuichidios” y una mina a cielo abierto en sus pastos, a la par que el ostracismo dentro de la comunidad es bastante común cuando alguien discrepa de las versiones oficiales.

        En definitiva: Película sueca de una hora y cuarenta minutos, a la que le sobra su media hora de rigor, ya que su narrativa se te hace lenta a ratos. Tiene un alto componente de denuncia social, que toca varias ramas, como os decía anteriormente: Xenofobia, “chuichidio”, maltrato animal, el papel de la mujer en esta sociedad, el fin de determinadas tradiciones, etc. Salvando las distancias, podría decirse que es una películas de vaqueros, a la sueca, en vez de vacas hay renos, aunque si fuesen gringos se mataban a tiros desde el minuto uno. Por cierto, yo destacaría la fotografía, que es una pasada, y que poco tiene que envidiar a la de ciertos documentales.


         Es la típica película que gustará a vendedores de moto-nieves y a los elfos de Papá Noel, y no le hará mucha gracia a los renos y a parte de Suecia.

        Personalmente, le doy un 5 justito, y recomiendo su visionado, para ver un 1% de lo que pasa en la aquí idealizada Suecia, que siempre me la ponen por las nubes en lo social, y va a ser, queridos míos, que no… Que en todos sitios cuecen habas.

sábado, 20 de abril de 2024

Rebel Moon (Parte Dos): La guerrera que deja marca (Netflix, 2024)

 

       En plenas Navidades de 2023, os hablaba de la primera parte de una nueva franquicia, esperada por algunos, que venía de la mano del mismísimo Zack Snyder y que prometía traernos un nuevo universo al cual engancharnos, pero que a mi no me llegó a convencer, y de hecho, creo que me quedé corto hasta en mis explicaciones.

        Cuatro meses después, nos llega a la plataforma Netflix, la segunda parte, titulada “Rebel Moon 2: La Guerrera que deja marcas” de esta mezcla de “Los Siete Samuráis” de Kurosawa, y es un sacrilegio lo que estoy diciendo, lo sé, con “Star Wars”, “Los Viajes legendarios de Hércules”, “Vikingos”, y mil referencias más, como samoanos, pueblos vaqueros o reyes medievales con orquesta incluida, que el señor Snyder se ha ido encontrando y metiendo en una coctelera a la que le ha dado al botón de ralentizar, algo que ya es marca de la casa lo de ir todo el rato a cámara lenta, y de la que nos ha vuelto a salir una nueva aberración, en mi opinión, que tiene su entretenimiento, sé que tiene su publico y sus defensores, y que hace cuarenta años quizás lo hubiera petado a todos los niveles, pero en 2024 y con las espaldas que uno tiene ya a estas alturas… Va a ser que no.


        La narrativa sigue donde la dejamos hace cuatro meses. Distintos mercenarios, a cual más cutre y más hortera, llegan al pueblo del medio oeste americano plagado de vikingos y de dudosa estructura urbana, que deben salvar de un acorazado imperial dirigido por muñecos del Warhammer (algunos de ellos a medio pintar), que vienen a por la cosecha. El Malo de la Primera película resulta que no estaba muerto, estaba de parranda, y gracias a unas bebidas energéticas que unos alfiles de ajedrez le meten por unos tubos transparentes que han comprado a 50 céntimos el metro, lo reviven con el doble de mala ralea y peor estética capilar. Lo que viene a ser la versión galáctica de Mr. Bison.

        Las telecomunicaciones funcionan con un bote de cristal de esos que te venden para hacer las conservas de tomate en el pueblo de tus tíos, pero en vez de pimientos, hay un tipo que te habla desde dentro del bote con tapa incluida.


      Los mercenarios se ponen a recoger la cosecha, antes de que venga el acorazado imperial, con los Grandes Éxitos de Enya en la radio, poniendo poses, trampas por doquier y contando historias lacrimógenas que harían bostezar a una nutria del Guadiana.

        Cuando se presentan los del acorazado, lo hacen echando mucho humo, contaminando y pasándose la Agenda 2030 por el cielo de la boca. Poca empatía en esta parte de la película, y pilla a los aldeanos con la ropa tendía.


      Kora, nuestra guerrera y su novio, que es Michael Bolton, les dan la bienvenida y se inicia por fin algo de acción donde la cámara lenta te permitirá ir al Mercadona de tu barrio a comprar algo para picar, y continuar por donde lo habías dejado, sin darle a la pausa. La guerra por la aldeucha se desencadena mientras Kora, que se ha leído la Ilíada, monta un Caballo de Troya en el acorazado para acabar con él, y con ella en el papel de Ulises…

       Y creo que hasta aquí os voy a contar en cuanto a narrativa, porque la verdad es que esta segunda parte de “Rebel Moon” es más de lo mismo, repite los mismos errores y esquemas de la primera parte pero con más efectos especiales, poco sentimiento de vergüenza y mucha pose estereotipada, vista mil veces en películas de Serie B. Esta película es la típica que le gustará a chatarreros y fans de Michael Bolton, y no le hará mucha gracia a gringos del medio oeste y gente que hace conservas con botes de cristal.


          Aun así, no voy a ser tan cruel como con la primera parte, y le voy a poner un 4, por los efectos especiales y el rato bostezando. Por cierto, Snyder amenaza con cuatro películas más. Con el tiempo, logrará que se conviertan en culto, pero de momento, va a ser que no.

jueves, 18 de abril de 2024

Suzume (2022)

 

       Desde luego… Qué hartera de llorar con los diez últimos minutos de “Suzume” (Netflix, 2022), película de animación japonesa, de dos horitas de duración, que me he tragado sin llegarme a enterar bien de algunas partes, todo hay que decirlo y reconocerlo…

        Hacía tiempo que no veía ni comentaba ninguna cinta de animación, y lo primero que me ha salido hoy en la plataforma ha sido esta película, que viene con guion y dirección de Makoto Shinkai, que los más sibaritas y avispados entre vosotros, relacionaréis con la exitosa película “Your Name”, que fue un auténtico bombazo allá por 2016, y que, por cierto, tenéis comentada en el blog, o de la más reciente, “El tiempo contigo” (2019).


         En la narrativa de “Suzume”, seguimos los pasos de una joven de 17 años, Suzume, que vive con su tía desde que perdiera a su madre en un tsunami con cuatro años. Un día, se encuentra a un guaperas, melena al viento, por el que siente una atracción desde el minuto uno. El tipo viene preguntando por unas ruinas y una puerta, lo más normal del mundo, y la chica más o menos le indica. Curiosamente, a ella le da tiempo a ir a clases, comprar en el Mercadona y hacer mil cosas más cuando decide ir a donde había mandado a Souta, que es el chico en cuestión, encontrando rápidamente una puerta en mitad de lo que antiguamente fueron una termas. Junto a la puerta hay la estatua de un gato, algo que enseguida va a rapiñar, decisión, por cierto, que también hubiera tomado yo.

          Al sacar al gato de su sitio, este toma vida y se escabulle, y entra en escena un peculiar enemigo en forma de gusano, que hay que encerrar según le cuenta el recién llegado Souta, que había llegado al lugar haciendo una parada en Albacete. El gusano es el causante de los terremotos que se suceden a lo largo y ancho del país. En la lucha contra los elementos, Souta es herido en un brazo, y Suzume se lo lleva a casa para curarlo con el kit de la Señorita Pepis. En ese momento, el dios-gato, llamado Daijin, se les aparece en la ventana, y tras darle de comer una lata de sardinas en escabeche, transforma a Souta en una silla de guardería a la que le falta una pata y huye.


       Suzume, que se ha dado cuenta de que está enamorada de aquella silla, inicia una road movie por todo Japón, persiguiendo al dios gato que aparece cada vez que se abre una nueva puerta con el consiguiente gusano, y silla a cuestas, va conociendo a gente en su nueva misión de cerrar portales, mientras demuestra su amor por la silla que se pasa media vida durmiendo, y su pasado y la perdida de su madre le atosiga… En muy resumidas cuentas.

        Tiene la curiosidad, “Suzume”, que es una película en la que los protagonistas van visitando lugares que realmente han sufrido desgracias naturales, como Tokyo, Kobe o la radioactiva Fukusima, cerrando dichos portales que van surgiendo allí, un guiño en toda regla al espíritu de lucha del pueblo japonés ante las desgracias, aparte de algún guiño en forma de caja de recuerdos a la película “Viaje a Agartha” (2010) del mismo director, que en Hispanoamérica se conoció en su día con el poético título de “Los niños que buscan voces perdidas”…


       Es una película, hasta donde he logrado entender, cuya moraleja, o al menos una de ellas, es que hay que cerrar puertas, y dejarlas bien cerradas, para que no salgan cosas que puedan provocar terremotos. Si a ello le añadimos gatos, mitología nipona y una chica enamorada de una silla, tenemos el cóctel perfecto.

        En definitiva: A pesar de que hay momentos en que cae el ritmo, tiene momentos en los que te toca la fibra, sobre todo aquellos en los que en las ruinas la gente del pasado cobra vida y vuelven a estar allí. Emocionantes últimos diez minutos, y muy buena banda sonora, que incluye algún tema de jazz pegadizo, y que me ha recordado a aquellos míticos grupos japoneses de los 80-90, no me preguntéis nombres, que solían tener en las portadas de sus discos coches deportivos al estilo “Out Run”, o simples utilitarios, y que uno de los secundarios, pone en un momento determinado en su flamante descapotable. Esta es la típica película que gustará a gatunos, carpinteros y cerrajeros, y que no podrán soportar gusanos mitológicos, pupitres y sillas de guardería.


          Personalmente, le doy un 6,5 de nota porque la narrativa es un tanto caótica a ratos, pero os recomiendo su visionado, quizás en una segunda vez, podría subirle la nota, pero… Eso nunca lo sabremos, ¿O si?

martes, 16 de abril de 2024

Dune 2 (2024)

 

       La verdad es que pocas veces me he visto desbordado por una película en los últimos tiempos, y tras esperar justo un mes después de su estreno en España, me he atrevido con “Dune 2”.

        Si sois seguidores habituales del blog y del canal, sabréis que en los dos espacios, tanto por el blog como por el canal, le hemos dedicado varias entradas y vídeos a la franquicia de Frank Herbert, sobre todo a los cómics, que han visto la luz en los últimos años a rebufo del renacimiento de la Dunemania. Y que en vídeos anteriores, reconozco no haberme leído aun el libro entero, y a pesar de ello he visto algunas diferencias narrativas respecto a la obra original.


        Si la primera parte de la película me entusiasmó, con “Dune 2” no solo se me han cumplido las expectativas, si no que tengo que reconocer que ha sido mejor de lo que me esperaba en muchos aspectos, tanto técnicos, como visuales, narrativos, interpretativos… Y no sabría bien como empezar y como abarcar tantas cosas en los ocho o nueve minutos que suelo dedicarle a cada película.

       La narrativa sigue las peripecias del joven Paul Atreides, tal donde lo dejamos en la primera película. Los Atreides, arrasados a traición por la Casa Harkonnen, y con el beneplácito del Emperador, parecen haber pasado a la historia, pero el joven Paul está dispuesto a seguir con su lucha, esta vez convertido en un nuevo líder, un Mesías esperado durante siglos por los Fremen, que tras la desconfianza inicial, han visto en él los signos que las profecías auguraban sobre la venida del “Muad Dib”, que unirá el norte y el sur de Arrakis, a todas las tribus, para llevarlos a la victoria final, al Paraíso Verde que tanto ansían, liberándose del yugo de Las Grandes Casas que siempre han esclavizado Arrakis y se han llevado la preciada especia…


        La primera parte, como os digo, me enganchó, esta segunda también lo ha logrado, aunque no mantiene el ritmo, también hay que decirlo, de manera constante, pero si acertadamente… Quiero decir, llegas a pensar que si parpadeas, o te vas cinco minutos al WC, te vas a perder algo importante.

       Es la típica película que hay que ver en pantalla grande, y donde ves con total naturalidad la evolución que van teniendo cada uno de los personajes. En mi opinión destacaría, aparte del propio Chalamet, a Walken, a Bardem, a Brolin... Zendaya no es santa de mi devoción precisamente… Pero, todos, en definitiva, trabajan muy bien la maduración de cada uno de ellos, sus propósitos, las revelaciones que van a cerrar subtramas y van a desarrollar la trama principal con la fuerza de un gusano de arena, nunca mejor dicho, con sus desarrollos políticos, su fanatismo religioso… Y su fantástica épica, sobre todo en la última media hora, en la que parece que vives dentro de la propia batalla que se desarrolla ante tus ojos.


       Increíbles efectos especiales, buena banda sonora, sus dos horas y cuarenta y cinco minutos no se me han hecho pesadas, aunque reconozco que las muertes de algunos personajes, como el Barón o la poca resistencia de los Sardukkar, que parecían prácticamente invencibles, me ha desilusionado un poco.

       En los mentideros y webs especializadas hablan de una tercera entrega para 2027 o 2028. Así que, si seguimos vivos para esa época, habrá que verla. De momento, aprovechando que la primera entrega está en Netflix, creo que volveré a verla este próximo fin de semana. ¿Qué nota le pongo? Pues yo creo que un meritorio 7,5, aunque he estado por subirle directamente al 8, pero creo que el 7,5 como mínimo, lo tiene garantizado y merecido.

domingo, 14 de abril de 2024

Pared con Pared (Netflix, 2024)


 

      La película española “Pared con Pared” (Netflix, 2024) se ha estrenado hace un par de días, y enseguida se ha colado como película más vista en la plataforma Netflix España. Viene con el gancho de tener a la cantante Aitana en el papel protagonista, Valentina, lo cual ya de por sí puede justificar su gran éxito inicial por la tromba de miles y miles de fans que tiene Aitana en toda España, y que salen hasta de debajo de las piedras, y aunque no es el tipo de cine al que yo suela dedicarle mucho tiempo, me ha servido de excusa para escribir en el blog, y de hacer este vídeo para el Canal de Youtube, ya que tengo una pequeña parte de los seguidores que me dicen que nunca le dedico tiempo al cine español, lo cual es cierto, pero no por nada en concreto… Simplemente, que no suele estar entre mis predilecciones…

       “Pared con Pared” es un remake de “Tras la pared”, una comedia romántica francesa de 2015 que no he visto, y la verdad, no os voy a mentir, no me mato de momento por verla, y que algunos incluso han intentado ver como una cinta basada en hechos reales, por circunstancias parecidas que le tocó vivir a la cantante Ana Guerra en 2021, aunque salvando las debidas distancias…


       En la narrativa tenemos a Valentina, una joven pianista que acaba de salir de una relación, y que encuentra un apartamento, un ático muy acogedor, pequeñito, bien de precio, donde poder ensayar para una audición muy importante que va a tener. Lo malo es que tiene una pared, final como un papel, que da al apartamento de David. La pared es tan fina, como os digo, que un simple peo se oye al otro lado, un ronquido, un bostezo… Todo, absolutamente todo, así que la intimidad no está precisamente garantizada.

      David es un tipo que lleva tres años encerrado en casa, intentando inventar un juego que lo pete entre niños y mayores, que perdió a su chica y cuyo mejor amigo, que iba a ser su futuro cuñado, le lleva la comida, lo soporta y es prácticamente lo único que tiene en el mundo.


      Él necesita silencio para crear ese juego que nunca llega, rodeado de mierda, cachivaches y mierda para parar un tren. Al menos que el tren sea extremeño, que en ese caso, ya sabéis, se para solo sin necesidad de poca intervención. Siempre hago el mismo chiste, pero es que como es taaaan real, me encanta.

      Ella necesita ensayar y el piano le molesta a él. Así que pronto surgen las riñas tras la pared, que a mi me ha recordado muchísimo, viejuno que es uno, al videoclip de RUN DMC y Aerosmith, “Walk this way”, donde los dos grupos, rapero uno y hard rock el otro, comparten estudio separados por una pared que acaban tirando tras tener sus desavenencias.


      Pronto, surge entre ellos una extraña relación, con la pared entre medio, ya que lo más interesante es que no coinciden en el rellano o en el portal porque pertenecen sus apartamentos a edificios diferentes, lo cual dice mucho sobre el sector inmobiliario de la zona. En su caso es como convocar a un espíritu del Más Allá, al estilo: Oye, ¿Estás ahí, nos marcamos unos macarrones o algo?, levantando sorpresa y admiración entre propios y extraños y creando todo tipo de situaciones, que algunos llaman románticas, y yo, directamente absurdas… Mención especial merece el gato Murphy, que hace un papelón.

       En definitiva: Ahora es cuando os enfadáis conmigo… Película de una hora y media, a la que le sobran quince o veinte minutos de estiramiento de chicle que no van a ninguna parte. Difícil de digerir, poca comedia, el papel de él como inventor agorafóbico más increíble que el de ella, afortunadamente subtramas de poco recorrido y poco más. Hace 30 años, quizás hubiera ido al cine a verla con alguna chica y nos hubiera encantado. Hoy, cinematográficamente hablando, no le doy más de un 4 de nota, un 4,5 si me pilla con el día tonto. Gustará a fans de Aitana, a albañiles especializados en ladrillo visto, y a jóvenes adultos de espíritu joven y desenfadado, entre los que no me encuentro… En fin… Echadle un vistazo.